El Tren a las Nubes: una aventura inolvidable para disfrutar en las vacaciones de invierno

Cuando se trata de paisajes que quitan el aliento, Salta se lleva todos los aplausos. Esta provincia del noroeste argentino combina historia, naturaleza y cultura en cada rincón. Si estás pensando en unas vacaciones de invierno diferentes, hay una experiencia que no podés dejar pasar: subirte al mítico Tren a las Nubes, un paseo que te lleva, literalmente, al cielo.

Esta no es una experiencia común. Es una travesía que transcurre a más de 4.000 metros de altura, entre montañas de la puna salteña, viaductos colgantes y horizontes inmensos. Una excursión que, más allá del viaje en sí, propone un encuentro profundo con la historia ferroviaria argentina y con las comunidades andinas que habitan estas tierras desde hace siglos.

Un viaje que es mucho más que un trayecto

El punto de partida del circuito es la ciudad de Salta, aunque el tramo ferroviario principal comienza en San Antonio de los Cobres, un pueblo ubicado a más de 3.700 metros sobre el nivel del mar. Desde allí, el tren se dirige al imponente viaducto La Polvorilla, alcanzando los 4.220 metros de altura y convirtiéndose en uno de los recorridos ferroviarios más altos del mundo.

La estructura de La Polvorilla, con sus 224 metros de largo y 63 de altura, permite que el tren se eleve sobre el paisaje como si flotara entre cerros áridos y cielos inmensos. La sensación de estar “entre las nubes” no es solo una metáfora poética: es una vivencia real que emociona a quienes se animan a esta experiencia única.

Cultura, naturaleza y sabores del norte

Lo interesante del Tren a las Nubes es que no se trata solo de un paseo escénico, sino de un recorrido integral. El paquete turístico incluye un traslado en bus desde Salta capital con paradas en sitios clave como Santa Rosa de Tastil, una antigua ciudad preincaica con ruinas que aún conservan su mística.

Una vez en San Antonio de los Cobres, se inicia el tramo ferroviario hasta La Polvorilla. Durante el trayecto, es posible ver llamas, vicuñas y pequeños pueblos que parecen suspendidos en el tiempo. En el tren, los pasajeros cuentan con todas las comodidades: ventanas panorámicas, servicio de bar, baños, y guías bilingües que enriquecen el viaje con historias y datos fascinantes.

Y como todo buen viaje por el norte argentino, no puede faltar el encuentro con la gastronomía local. Al regreso, hay tiempo para saborear unas empanadas salteñas, un buen locro o llevarse alguna artesanía típica realizada por comunidades originarias, con tejidos y cerámicas que reflejan la identidad de la región.

Consejos para disfrutar al máximo

Si estás pensando en subirte al Tren a las Nubes durante las vacaciones de invierno, es importante que reserves con anticipación. La demanda suele ser alta, sobre todo en temporada turística y fines de semana largos. El recorrido completo puede contratarse a través del sitio web oficial, con distintas opciones de tarifas y promociones.

Una recomendación clave: como se trata de una excursión en altura, es importante estar bien hidratado, evitar comidas pesadas antes del ascenso y, si es posible, optar por el paquete organizado que incluye los tiempos de aclimatación adecuados para evitar el mal de altura.

Un recuerdo que queda para siempre

Viajar en el Tren a las Nubes es mucho más que una postal hermosa: es una experiencia transformadora. Es ver la puna desde otro ángulo, sentir el silencio profundo de los cerros, y conectarse con una parte del país que conserva intacta su esencia.

Estas vacaciones de invierno, regalate una aventura distinta. Salta te espera con su corazón abierto y el cielo a tus pies.