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Paraguay: el destino que pocos conocen pero que todos deberían visitar

Si buscás un lugar auténtico, lleno de cultura, tradiciones y sabores únicos, Paraguay puede ser tu próxima gran aventura. Aunque no siempre aparece en las listas de los destinos más turísticos, este país esconde rincones sorprendentes que merecen ser descubiertos.
Asunción, una capital con historia y modernidad
La capital paraguaya es un reflejo de contrastes. De un lado, edificios modernos y calles arboladas; del otro, un casco histórico lleno de arte callejero y arquitectura colonial. Entre los imperdibles están el Palacio de López, el Cabildo y la Casa de la Independencia, que narran la historia del país a través de sus muros centenarios.
Pero Asunción no solo es historia, también es cultura viva. La música, especialmente la guarania, con su melancólico sonido de arpa y guitarra, es una de las joyas intangibles del país. Y para los amantes de la gastronomía, la ciudad ofrece desde restaurantes exclusivos hasta mercados callejeros donde probar delicias locales a precios más que accesibles.
Sabores únicos para descubrir
La cocina paraguaya es un festín para los sentidos. Desde la tradicional sopa paraguaya (que, curiosamente, no es sopa, sino un bizcocho salado de harina de maíz) hasta el mbeju, una especie de crepe de almidón de mandioca con queso. La chipa, un panecillo de queso y almidón, es el acompañante perfecto para el mate o el tereré, la bebida nacional a base de yerba y agua fría con hierbas refrescantes.
En Paraguay se come bien y barato. Con cinco euros podés disfrutar de un buen almuerzo, mientras que en los puestos callejeros se encuentran opciones por menos de un euro. Si querés probar los sabores más tradicionales en un ambiente acogedor, el «Café de Acá» en Asunción es una parada obligada.
Tesoros naturales escondidos
Más allá de la ciudad, Paraguay esconde paisajes naturales impresionantes. El Salto Cristal, una cascada en plena selva, es ideal para un chapuzón en días de calor. Las cavernas de Vallemí, con sus formaciones rocosas milenarias, son un destino fascinante para los aventureros. Y las Dunas de Cosme y Damián, en medio del río Paraná, ofrecen vistas únicas dignas de postal.
Otro de los grandes tesoros naturales es el Salto del Monday, una majestuosa caída de agua rodeada de vegetación exuberante que pocos conocen pero que rivaliza con otras cataratas famosas de la región.
Fiestas y tradiciones que hay que vivir
Si hay un momento perfecto para empaparse de la cultura paraguaya, es en junio, durante la fiesta de San Juan. Esta celebración reúne en un solo lugar gastronomía típica, danzas folklóricas, música y juegos tradicionales. Los más valientes pueden presenciar el peculiar ritual de caminar sobre brasas ardientes o jugar con pelotas de fuego, parte de la tradición local.
Pero la cultura paraguaya se vive todo el año. Sus bailes típicos, como la galopera, son un espectáculo de destreza en el que las bailarinas sostienen hasta siete botellas en la cabeza mientras giran al ritmo de la música. Y el tejido ñandutí, con sus encajes coloridos hechos a mano, es un símbolo del arte y la paciencia de sus artesanos.
Un destino que se siente con el alma
Paraguay es de esos lugares que conquistan no solo por sus paisajes, sino por su gente. Desde los mercados llenos de artesanos orgullosos de su trabajo, hasta las charlas espontáneas con desconocidos que comparten un mate sin prisa. Es un país que no busca impresionar, pero que deja una huella imborrable en quienes se animan a conocerlo.
