Extreme day-tripping: la tendencia viajera para vivir una aventura inolvidable

La filosofía es clara: aprovechar cada minuto libre para salir de la rutina sin comprometer demasiado tiempo ni dinero. Con la expansión de las aerolíneas low cost y los trenes de alta velocidad, muchos viajeros comenzaron a planear escapadas fugaces a otras ciudades —¡o incluso países!— sin pasar la noche fuera.

Una visita exprés a Berlín desde París, un chapuzón en las playas de la Lagoa Azul en Brasil durante una escala extendida, o una tarde de tapas en Madrid para quienes parten desde Londres son algunos ejemplos que circulan en comunidades virtuales donde los viajeros comparten rutas, consejos y hasta desafíos personales para sumar destinos en tiempo récord.

Esta “vacación comprimida” no sólo permite sumar nuevas experiencias, sino que despierta una sensación de aventura permanente: el vértigo de llegar, recorrer, probar algo local y regresar, todo antes de que caiga el sol.

Una moda con doble filo

Como toda tendencia que crece a gran velocidad, el extreme day-tripping no está libre de críticas. Si bien permite a más personas acceder al placer de viajar, también pone en debate su impacto ambiental y económico. Muchos de estos viajes dependen del uso intensivo de vuelos cortos y baratos, que generan una huella de carbono significativa. Además, al no incluir estadías largas ni grandes consumos, el beneficio para las economías locales puede resultar limitado.

Algunos destinos europeos ya están tomando medidas para regular esta práctica. Venecia, por ejemplo, implementó una tarifa especial para quienes visitan la ciudad solo por el día, como una forma de mitigar el efecto del turismo masivo. Bélgica, por su parte, sumó impuestos a los pasajes aéreos para desalentar los viajes ultra breves.

¿Y si lo adaptamos a nuestro mapa?

Aunque en Argentina esta modalidad todavía no está tan extendida, las distancias entre provincias, las conexiones aéreas crecientes y el espíritu aventurero de muchos viajeros locales la convierten en una posibilidad atractiva. ¿Te imaginás volar temprano desde Buenos Aires a Mendoza para hacer una caminata por la montaña y volver a casa esa misma noche? ¿O pasar el día en Salta disfrutando de su arquitectura y su gastronomía, sin necesidad de quedarte a dormir?

Eso sí: para que un viaje de este tipo salga bien, la planificación es clave. Buscar vuelos o transportes con horarios convenientes, definir qué puntos visitar y llevar lo justo para moverse con agilidad puede marcar la diferencia entre una jornada agotadora y una experiencia inolvidable.

Un nuevo modo de viajar que desafía los límites del tiempo

El extreme day-tripping no es para todos. Requiere energía, organización y, sobre todo, muchas ganas de salir de la zona de confort. Pero para quienes disfrutan del movimiento constante y quieren sumar aventuras sin esperar a las vacaciones largas, este tipo de viajes ofrece una forma distinta de conocer el mundo, una jornada a la vez.

La próxima vez que tengas un día libre, ¿te animás a cruzar fronteras con una mochila liviana y muchas ganas de explorar? Tal vez, el viaje más intenso del año esté a solo 24 horas de distancia.