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Vacaciones de invierno al sol: por qué cada vez más argentinos eligen cruzar la frontera

Mientras las postales clásicas del invierno argentino muestran montañas nevadas y chocolate caliente, hay quienes deciden darle un giro a la temporada y buscar el calor del sol en pleno julio. Cada vez más argentinos cambian los paisajes nacionales por playas de arena blanca, agua tibia y caipiriñas. Y el destino elegido, como casi siempre, es el vecino Brasil.
Aunque parezca contradictorio, el invierno es una excelente época para viajar al norte. En Brasil, julio ofrece temperaturas templadas, sin agobios de calor ni lluvias excesivas, y un clima ideal para recorrer, descansar y disfrutar de la playa. Además, muchas de las ciudades costeras combinan naturaleza exuberante, buena conectividad aérea y precios que —pese a la inflación y al cambio— siguen siendo competitivos.
Entre los destinos más buscados, destacan Río de Janeiro, Búzios y Florianópolis, tres opciones que seducen por diferentes motivos. Río, con su energía vibrante, playas icónicas como Copacabana e Ipanema, y una agenda cultural inagotable, se mantiene como el favorito. Pero hay quienes prefieren el ritmo más tranquilo de Búzios, con su mar calmo, su gastronomía cuidada y sus callecitas adoquinadas que invitan a pasear sin apuro. Y para los que buscan una experiencia versátil, Florianópolis —con cerros, lagunas y playas para todos los gustos— ofrece un equilibrio ideal entre naturaleza y ciudad.
Uno de los grandes atractivos de Brasil sigue siendo el valor relativo del gasto en destino. Si bien el tipo de cambio no es tan ventajoso como lo era hace unos meses, pagar en dólares (ya sea billete, en cuenta o a través del dólar MEP) permite evitar los recargos del dólar turista. Muchos viajeros aprovechan sus ahorros en moneda extranjera o acceden a paquetes que, contratados en agencias locales, permiten congelar precios y financiar en cuotas.
De hecho, distintas plataformas ofrecen propuestas integrales que incluyen vuelo, alojamiento y traslados, lo que puede representar un ahorro de hasta el 30 % respecto a la compra por separado. Y algunos planes permiten pagar en hasta tres cuotas fijas, siempre que el viaje esté abonado una semana antes de partir.
A modo de referencia, una semana en Río para una familia tipo puede costar cerca de cinco millones de pesos, incluyendo vuelos y hotel tres estrellas. Para quienes viajan solos o en pareja, hay opciones más accesibles: por ejemplo, 7 días en Búzios con vuelo directo desde Buenos Aires y estadía en un hotel cuatro estrellas con desayuno ronda los 780 dólares por persona. Florianópolis y Río presentan precios similares, lo que confirma que, con un poco de planificación, es posible hacer una escapada al paraíso sin romper el presupuesto.
Además del clima y los costos, Brasil tiene otro imán difícil de resistir: su hospitalidad. El idioma no es una barrera, la comida es sabrosa y abundante, y las opciones de entretenimiento, casi infinitas. Para quienes viajan en familia, la seguridad de zonas como Búzios o algunas playas de Floripa es un plus importante, mientras que los más jóvenes suelen inclinarse por la movida nocturna de Río.
¿La mejor época para ir? Cualquier momento es bueno, pero el invierno argentino se transforma en una excusa perfecta para disfrutar del verano brasileño sin el calor extremo ni las multitudes del Año Nuevo.
Así que si este año preferís dejar el abrigo en casa, cambiar la estufa por una sombrilla y recibir el invierno con los pies en la arena, Brasil te espera. Solo necesitás unas ojotas, protector solar y ganas de dejarte llevar por la alegría del país vecino.
